6 sept 2010

Cocainejo


Por Mosca

En ésta habitación vive una mujer vestida de soledad, de brazos secos y piernas saladas,
con su aroma de cangrejos azules y playa incrustados en el cuello.
Mis ojos y la cama se manchan de calor, el aire se vuelve espeso y mis libros
son arboles viejos que se pudren sin niños que se suban a ellos.

Del bolsillo de mi pantalón sale un conejito color blanco.
Viste un extraño traje de plástico color azul trasparente que
deja ver sus intestinos formado por miles de estrellas y planetas diminutos.
Me queda viendo sin ojos pero con una pose de rey escoses,
me sonríe con miles de hileras de colmillos que tiene más risas dentro de ellos.
De dos pasos se vuelve mi nariz y mi garganta, se incrusta en mi cara, me vuelvo velocidad,
una larga hilera de golpeteos cardiacos que mi corazón no soporta, tanto que sale corriendo y se avienta por la ventana.

El conejito blanco empieza a caminar alrededor de la recamara,
observa todo detalladamente hasta las nubes de asbesto que están amarradas con alambre al foco del techo,
se encuentra la guitarra, empieza a hacer ruidos al rozar con su aliento sobre las cuerdas,
las notas viajan rápidas y arrítmicas, notas dulces que me mecen entre mocos con sabor a tabaco,
que se atascan en la puerta y no deja pasar a los dioses deseando entrar.

El conejito se sube a una mesa de arena derretida,
se empieza a deslizar y quitarse la ropa de plástico,
se desnuda como ángel en parto, patina en líneas cortas y gruesas, se expande en todo el mar de paciencia.
De la nada, se vuelve todo, desde el mundo entero cargado por más conejos hasta la costra en mi brazo.

Mis dedos giran a miles de revoluciones por segundo,
pueden sentir hasta el dolor de patos canadienses en el gran lago Té del norte.
Mi cerebro se empieza a licuar con frutas exóticas que voy cortando de las cenizas de cigarro que hay por todo la mesa.
Trato de pararme sobre el mar que está a mis pies, se hunden, me pierdo.

Empiezan a salir más conejitos de mis bolsillos, de los cuevas que hay entre cada libro,
de los sabanas, todos se reúnen en la mesa de arena derretida. Esto se vuelve una playa nudista de conejos,
una orgía de estrellas que se cogen por los cráteres con cometas y sus largas estelas.

He creado un Big Bang, más rápido y decente. Oh, ahí viene otro conejito.

5 comentarios:

  1. Ah esos jodidos conejitos hábitando las fosas nasales en días que parecen intemporales.

    Me gustan las imagenes que creaste,
    " De dos pasos se vuelve mi nariz y mi garganta, se incrusta en mi cara, me vuelvo velocidad, ""

    Hay frases que no jodas, son brutales.
    ciertos detalles como que escocés, no va con s , y no sé si -los sabanas- y -los cuevas- fueron a proposito pero preferiria : las sábanas....


    Me recordó un texto de Cortazar, y al empezar a leer el tuyo me quede pensando de que trataría ( bueno el titulo es genial, pero... no se sabe, al fin y al cabo es un titulo, acertado eh!!)
    pero pfff

    bueno ya, cabrón texto.

    Se queda con mi voto!!

    ResponderEliminar
  2. Este me latió. El fluir de las imágenes absurdas me parece bien manejado.

    Y me recordó a un cuento de Cortazar que tiene una de los cuentos surrealistas (creo que sí lo es), más chingones que he leído jamás. Se llama "Las Bbabas del Diablo".

    ResponderEliminar
  3. Chale, que zope. Aclaro que el cuento al que me recordó, no es ese mismo de Las Babas Del Diablo, es otro que está en "Bestiario" del cuál no recuerdo su nombre.

    ResponderEliminar
  4. mamaste!
    jajaja
    y vaya encontre mucha imaginacion desbordada
    y me enconto cabron me fascino no queria terminar de leerlo
    lo trabajaste perfecto
    nos fuiste llevando a donde querias y bueno
    tienes mi voto tambien

    y si a mi me recordo a fernando nachon a cortazar y a mas cosas
    pero con tu bien desarrollado estilo realista-playero jajaja

    bien mosca
    tienes mi voto!

    ResponderEliminar
  5. nomas los errores que ya te habras dado cuenta, pero cosas sin importancia

    ResponderEliminar