
Hace calor aunque estamos a sólo veinticinco grados. Tengo hambre, estoy en bata y he de enfrentarme a la crueldad de una cama sin hacer y una maldita hoja en blanco.
Mis dedos danzan titubeantes sobre el teclado. Doy vueltas a la historia que deseo contar pero se niega a salir. Una introducción, una frase ingeniosa y directa para comenzar, sólo eso me falta, lo demás fluirá solo. Una introducción, una introducción, mi reino por una introducción.
¿Y ahora qué pasa, eh?
Creo que el clima asfixia mi cerebro. Sí, sí, sí. Me bloquea. Ante esta situación sólo me queda tomar el remedio mágico: una ducha.
Me inclino gozosa bajo el fresco chorro. Cierro los ojos, me enjabono y enjuago, y así puesta empiezo a ordenar las ideas. La cortina de agua me recuerda a otra cama, la de mi mamá, cubierta con libros de pastas ajadas y fotografías. Casi todas ellas datan de los noventa e incluso antes, cuando todavía podíamos tocar nuestros recuerdos.
Veo la cara de mi madre, ya concentrada, ya brillante. Estoy aquí ayudándola a encontrar una foto familiar... mejor dicho, una donde ella salga con mi hermano y conmigo. Descubrimos a los pocos minutos que la mayor parte de los retratos la excluyen. Si alguien descifrase nuestra historia por medio de los álbumes, creería que mi padre nos crió.
Continuamos la búsqueda. Sonrío encantada con mis imágenes de bebé, mientras mamá aparta con un "¡puaj!", todas las de su boda. Rompe un par de un viaje a la playa con mi papá, y el gesto me parece liberador. Observo los álbumes más viejos: su fiesta de quince años, la boda, mi primer cumpleaños... En todas parece angustiada, triste y asustada, y sobre todo, muy joven. Tenía mi edad cuando se casó. No me imagino en su lugar. Más aún, se me antoja inaudito todo esto, un matrimonio rápido y ser madre a los dieciocho años.
Me cuenta lo terrible de esa época, el miedo en que vivía, el rencor que se la fue comiendo poco a poco. ¿Cómo alternar eso con la ternura en su cara al reírse de mis hábitos de bebé?
Me gustan mis fotos del kínder, pero no las de la primera comunión. Fui una niña alegre y soñadora: de los diez años a los quince me convertí en un ser torpe. Cuando iba en la primaria lo que más deseaba en el mundo era ser alta, porque mi papá despreciaba a los chaparros. Fue frustrante llegar a la pubertad y quedarme en 160 centímetros, pero lo superé derechito y rápido: dejó de importarme lo que mi padre decía. Me di cuenta de que si trataba de llegar al listón que él había puesto para mí, pasaría la vida decepcionándome y moriría amargada, sola y virgen. (Eso...)
De los años de secundaria no conservo nada. Ni siquiera las fotos de grupo: siempre encontraba la forma de escabullirme. Detestaba mi apariencia. Me odiaba. Fueron años tormentosos en los que salí del cascarón con muchos dolores. Sólo un par de cartas y una cicatriz apenas visible en el brazo quedan.
Mirándolo bien, creo que no florecí hasta que papá se fue de casa. La atmósfera que nos asfixiaba poco a poco se desvaneció, y a pesar de los problemas que han seguido, me siento más libre y más amada que antes. Pero... ¿qué habría pasado si mis padres siguieran juntos? ¿Sería yo una reprimida, o me habría escapado abruptamente, o sería mejor de lo que soy ahora?
El único que ha sufrido realmente es mi hermano. Y las tormentas en casa se desatan por causa suya.
Sólo quiero que esta etapa acabe, que todo se asiente... Que las cosas terminen, y terminen bien.
Salgo de mi aislamiento con la voz de mamá. La búsqueda de una foto de los tres ha resultado estéril. Lo sabía: tendremos que tomarnos una nueva. Lo acepto con naturalidad, contenta: que éste sea el brindis por la emancipación.
Bastante profundo... Me identifiqué con el texto... Suena honesto... Suena a que aún duele algo... Ese dolor sólo se cura con un perdón imposible... Wow... Otra cara de Alice... Me gusta :)
ResponderEliminarAzul
Alice Mono,
ResponderEliminarEn el texto hay un diálogo interno precioso, es evidente que disfrutaste verlo terminado.
Felicidades... Sigues en esa racha ganadora.
Comienzo a creer de verdad que no es una racha. :)
El comentario que hace el Blú es acertado.
Hay otra cara de Alice aquí, siento que he leído a alguien diferente... tal vez a alguien más sensible y vulnerable... pero con todas las cualidades de la narradora que ya conozco bien.
Efectividad a nivel emocional...
Hiciste un GRAN trabajo con eso. Tomaste una situación de tu vida que le trae al lector fragmentos de sus propias vivencias, y conmueves.
Ciertas frases, ciertas palabras, las fantásticas imágenes que pintas... Me dieron ganas de llorar, carajo!
Y eso no suele pasarme al leer algo.
En cuestiones técnicas, no veo error.
El hilo de la 'historia' es firme.
De nuevo, un MUY BUEN TRABAJO.
Siéntete orgullosa :D ...
-Cristina
La perfección.
ResponderEliminarMe gustó demasiado la forma de detallar,
de llevarnos de la mano,
meternos en recuerdos,
situaciones,
momentos.
Cómo puntos malos,
solo podría que decir que me recordó en casi toda a los textos de María Esther Nuñez,
aunque eso en realidad, podría tomarse cómo muy bueno.
Otro punto malo,
no es relevante,
sólo que la “idea” es un poco pasible,
cómo que no hay picos, ni para abajo ni para arriba.
Lo cual, también podría ser bueno, ja.
Llevar algo de esa forma denota mucha calidad.
¿Puntos buenos?
Todo.
Saludos Srita.
Mosca
me gusto, de momento hasta sentí que narraste mi historia en lugar de la tuya!
ResponderEliminarArmonioso, cadencia. Acaso la introducción se alarga un poco, a penas lo necesario para que la "hoja en blanco" y "la ducha" dejen eco hasta medio texto.
ResponderEliminarMuy personal, bien llevado, buen manejo del lenguaje, muy buen texto.
ResponderEliminarSaludos
carratracas!
ResponderEliminarhasta que dejar ver una alice menos dura
que siente y vive los pedos que le pasan
:)
como siempre lo que todos te dicen
bien trabajado, bien escrito nada dificil de leer, sin sobresaltos por que eso es exactamente lo que queria ver de ti
ale gay
bien hecho!
Jeje, ¿que te voy a decir? Creo que ese dia fue casi la mitad de una vida.
ResponderEliminarMe gusta como narras, y mucho, tienes un buen sentido de la ortografia y esas cosas.
Como dice aldebaran, es un texto personal con varias ideas extensas, y como que se pierde la escencia del dia que narras, creo aun en el ultimo comentario que te habia hecho, te quieres comer muchas premisas de una mordida.
En todo caso buen texto.
Saludos
Magnifico Alice, magnifico...
ResponderEliminarNo le veo ningún pero a tu escrito, bien llevado, un día lleno de recuerdo muy bueno, este si que me gusto bastante vas muy bien.