2 abr 2010

No ésta vez.



Por Orlando Argote Caminante

Siempre he eludido los problemas desde que era un chiquillo, correr se convirtió en la forma de vida que adopte hasta el final. Por alguna razón yo siempre me vi apetecible para ser vapuleado por los chicos de mi edad, he aquí que inicie a escapar, tal vez fue mi baja estatura o como decía mi madre cuando curaba los raspones en mis mejillas –no eres tonto terroncito, eres un niño muy noble es por ello que tus amigos se aprovechan de ti –. A mis diecisiete años mi madre ya no estaba conmigo para curar mis heridas, un letal cáncer de mama la consumió arrebatándome a la primer mujer que ame, se preguntaran que fue de mi padre, ni yo lo se, ese bastardo se fue cuando yo estaba en brazos y no sabia que el mundo me tenia destinado huir. Así que sin familia y con la soledad alumbrando mi camino me dedique a escapar, a correr, a pirarme para sobrevivir. Me vincule con la peor gente que pude encontrar; con ellos me dedique a robar, golpear y rehuir de los policías cuando era necesario, vi caer a muchos hermanos de los cuales ya no recuerdo sus nombres, creo que olvide tener afecto por las personas desde que probé el dolor que causa encariñarte a ellas. Un buen día decidí que era tiempo de huir de esa pandilla, a Menos dos dedos líder de la hermandad no le pareció que yo desertara, así que ahí me tenían de nuevo huyendo para no morir a manos de unos sujetos que darían su vida por un poco de marihuana. Desde ese día mi vida cambio, gracias a que mi madre inculco en mí el hábito de la lectura y a que nunca deje de leer, ni siquiera cuando me dedique a asaltar ancianas y traficar marihuana en el barrio; esto me condujo a trabajar en un pequeño café en el centro de la ciudad como mesero, los domingos era invitado a leerle cuentos infantiles en el parque que esta enfrente del café, al menos por un tiempo ya no tuve que correr. Mi vida empezó a ser muy agradable, durante este lapso de paz para mi corazón fui como un toro manso. Luego llego Mónica y de nuevo escaparse convirtió en mi vida, escabullirme de las manos de su celoso padre que me consideraba una amenaza para su hija no fue fácil. Pasaron dos años para que el aceptara nuestra relación, para ese entonces ya trabajaba en campañas para difundir la lectura, vivía en un departamento con Mónica, el pasado no pesaba tanto como antes y gracias a ella mi corazón abrió su telón al amor.
Cuando mi vida tomo una tonalidad azul turquesa una noticia agradable complemento mi existencia con una felicidad enorme que claramente se reflejaba en mi sonrisa, Mónica estaba embarazada, quien lo diría por fin dejaría de zafarme de todo, tendría una vida mas normal. Seis meses después,promoviendo el hábito de la lectura en una zona marginada que conocía como a la palma de mi mano me encontré a menos dos dedos, estaba demacrado, lánguido y sucio. Hasta hoy no entiendo el motivo pero me acerque a el, me reconoció al instante, me pidió dinero y le di un billete de veinte pesos, le dije adiós y escape de aquel sitio sin mirar atrás. Cuatro días después llegue a casa posteriormente de un día pesado de trabajo, tenia ganas de dormir y solo eso; pero algo andaba mal, las luces apagadas y un silencio inusual inundaba el lugar, entonces me acerque al interruptor de la luz, lo presione con miedo; cuando se ilumino el pasillo, ahí estaba en el piso, me acerque a ella, estaba toda fría, la abrace y bese su frente, ríos de lagrimas escaparon de mis ojos, sentí el corazón en la garganta cuando quise gritar para expulsar el dolor que fragmentaba mi ser. Según los forenses un paro respiratorio término con la vida de ella y de mi hija, por fin me entere que seria una niña.Desde ese día comencé a huir de nuevo, el dolor que me afligía era voraz, siempre ahí devorando mi felicidad, si es que quedaba algode ella. El ron calmaba mi sufrimiento momentáneamente pero al día siguiente era peor, no soportaba estar vivo, pensé en el suicidio pero mi cobardía tenía límites como para salir por la puerta de atrás.
Una noche me dirigía al departamento con ánimos por los suelos, entonces unas sombras me rodearon impidiendo que escapara, mire al que tenia mas próximo; era Menos dos dedos, tenia un picahielos en su mano izquierda. Esta vez no me pidió nada solo me presento al amigo que sostenía en la mano una y otra vez mientras sus compinches me tomaron de los brazos. Acabado su trabajo huyeron.
Esta fue mi vida, una vida normal como la de cualquier otro, yo me esperaba un final distinto, empiezo a sentir como un frio recorre mi espalda, me siento cansado, todo me pesa, hasta respirar, al menos esta vez no tendré que huir, no esta vez, cerrare mis ojos, espero ver esa luz blanca de la que me hablo mi madre y…

4 comentarios:

  1. Orlando:
    Me parece excelente que te aventures a hacer un cuento, porque sólo había leído poemas tuyos.
    Pero creo que aún falta marcar bien esa diferencia. Hay mucha poesía de por medio aquí.
    Y la historia es una mezcla de muchas cosas que al final parece difícil encontrar el hilo. El final me agrada.
    Encontré algunos errores de puntuación mínimos. El lenguaje también me confunde un poco. Hay palabras que siento podrías modificar para darle sencillez a la historia. De repente hay mucho dramatismo…
    Me gustaría ver que te adentraras más en tus personajes, en su psique, vaya… para sentirnos más cercanos a la historia.
    Fue agradable leer tu manejo del concepto de huída. Bastante natural y muy fluido.
    -Cristina

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  2. mi estimadisimo rolando...
    pienso que no te quedo ni como cuento ni como nada...
    tambien me oarece que exageras en tus adjetivos...

    igual puedes pulirlo y te va a quedar mas chido,,,
    buen trabajo mano

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  3. Me gusta mucho cómo empiezas, con eso de "Siempre he eludido los problemas desde que era chiquillo..." Arrancas muy bien, las primeras líneas hacen que parezca muy interesante.
    Pero, ¡vas muy rápido!, todos los acontecimientos se suceden con mucha velocidad, y no alcanzo a digerir el texto.
    Aparte, la puntuación que usas entorpece mucho la lectura, todo el texto está de corrido y no hay separaciones de párrafos, ni puntos y comas, ni diálogos.
    Pero la idea de alguien que huye toda la vida es tentadora, me gusta :)

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  4. La misma idea, la puntuación hace difícil la lectura. No me pareció una historia del todo original a mi si me agrado que entrelazaras un poco con elementos de la poesía. Y si lo tengo que decir se parece a un texto narrativo de ya sabes.

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