
Cuicacani, mi voz de zenzontle
se encuentra desnudo
en una cama de jade
con su piel de chocolate amargo erizada
por mis ojos que ya lo acarician con sus miradas.
Cuicacani, mi pajarito cantor
en tu plumaje de oro
se me ha perdido un broche
de exquisito esplendor.
Canta al ritmo de mis labios
que recorreré tu cuerpo en besos
en besos que subliman tu pureza
para buscar al broche traidor.
Camino por tus piernas
entre ellas bailo una danza a los tlalocs
que responden inmediatos
con torrenciales de lluvia dulce.
Corro con huajes llenos de agua
y me baño en un manantial
que creo en el lugar de tu ombligo.
Sigo mi camino
en una alfombra de verde inmenso
hasta que una luz llama mi atención
en el jovial horizonte.
Lo he encontrado avecita mía
mi pecho de piedra
lo incomodaba
estaba escondido
en el calor de tu corazón de malaquita.
Marianita!!!
ResponderEliminarEs un poema muy bello...
Me hizo viajar placenteramente.
Sin duda las imágenes son tu fuerte.
Es original y manejaste el concepto MUY bien.
Me gusta bastante.
¡Vaya!, tú también experimentaste un cambio bien cabrón esta semana.
ResponderEliminarMe gusta mucho este poema. Lo percibo expresivo, colorido, abierto y sensual. Siempre he observado que sabes construir imágenes muy hermosas, y en esta ocasión quedó bien demostrado :)
Casi no entendí nada, se me hizo un poco tedioso... iwal y soy yo, pero está muy rebuscado. Me agrada bastante el título y que menciones a tlaloc... los dos estuvimos muy "mexicas" ésta vez...
ResponderEliminarLa verdad me encanto la idea en la que pusieras a las deidades mexicanas, el estilo es muy antiguo, pero detro del poema, mejor dicho el fondo, es verdad, romanticon y sensualon. Interesante metáfora.
ResponderEliminarchale mariana...
ResponderEliminaryo no te lo entendi de todo
claro que es mi incultes...
en lo personal meterle cosas mexicanas
chuta se me hace muy trillado
lo que si se me hace chido
es que fuii transportas y empapas con lo que escribes...
Magnifico; tus imágenes para mi son tan claras que me adentre en el poema de una manera no muy común, ya que normalmente uno cuando lee poesía se encuentra con blancos que dejan inconcluso el escrito.
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