
Por Cristina Ramírez
La mujer de noche toma el móvil del color.
Cruza las piernas seduciendo al conductor, juega con su cabello a los enredos y se muerde el corazón para que el camino desprenda emoción.
Luego se lleva los dedos al monte de Marte. En su torso, dos estrellas de mayo terminan de florecer…
Y llega el momento de ser invadida por su sufragio: el camino se estremece, el conductor se levanta en armas, las piernas se abren para cerrar un ciclo. La mujer de día es burlada, la mujer de noche siempre corre hasta que alguien la alcanza, hasta que alguien llega a ella, hasta que alguien viene. Hasta que alguien viene por ella.
Es cierto, utilizas lugares comunes, aquello de la mujer de negro y el conductor, situaciones eróticas que no florecen del todo, y sin embargo eso último me gusta, que quede inconcluso o abierto.
ResponderEliminarLa verdad es que a mí me agrada mucho que hagas una especie de híbrido entre la narrativa y la poesía, pienso que algo muy interesante puede salir de eso.
También me encanta que seas tan breve y directa, y a la vez tan expresiva.
Pero no comprendo muy bien el sentido del texto, hacia el final, concretamente.
yo la mera verdad no le capte mucho a tu poema mi criss asi que pues no puedo decir mucho... :Y
ResponderEliminarVale, chiquillos... <3
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con todo.
Y estoy agradecida con sus observaciones.
Sin duda me servirán bastante.
Algo que se me hace medio extraño es que el sentido del poema no concuerda con la siguiente parte "el corazón para que el camino desprenda emoción" es en el único lugar que haces rima supongo inconscientemente.
ResponderEliminarEn cuanto a la forma es interesante, no siempre se ve esa mezcla aunque esa rima le quita un poco, no tengo nada en contra de rimar (corazón-emoción), pero por lo general no me gustan, aun así bien usadas son bellas.
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