21 jul 2010

DEBAJO DEL TEMPANO


Por Fernando Azul

Todo me daba vueltas. Yo ya no tenía ojos. De mis zapatos crecían unas ramas extrañas que ya no eran mis pies, mucho menos mis piernas. El cielo era una eterna subida en espiral que terminaba en un maldito laberinto. Sin duda éste era un negro día. Nubes redondas, rosadas, quemando mis cuencas vacías. Humo por todos lados. Y saliendo de cada una de las bocas que adornaban el suelo, unos extraños cantos; "Orador del desierto, sin manos ni pies lograrás encontrar el camino que lleva a Arcanta". Sin duda el cántico aquel era atractivo, pero no me importaba llegar a ninguna tierra prometida. Desearía estar cayendo, y no enterrado en este desierto semilíquido. Un árbol descalzo me proporcionaba una sombra blanca. Aquel era mi refugio. "Este es el día, el día en que nacerán los líquidos deseos" repetía una y otra vez para conservar la calma; aquel era el mantra que me llevaría a mi eterno satori. A lo lejos, veía cómo Josef nadaba en sus sillones colgantes, y lo envidiaba. Incluso llegué a odiarlo por un momento. El verlo ahí, feliz entre flores y aves, compartiendo sus frutos con los Adanes y las Evas que él mismo creó a partir de su rodilla derecha; el verlo a través de sus mil espejos hacía que me doliera la cabeza. De repente, una manada de Campamochas llegaron devorando el mundo entero. Yo me mantuve oculto. Funcionó. Cuando levanté la cabeza, ahora el mundo era un mundo estéril y seco. Ya no habían flores ni aves ni frutas. Mi refugio ahora era un cielo monocromático. En lugar de sol, un gran ojo observaba con recelo a las pocas criaturas que quedábamos de pie. Josef se había ido, pero dejó a un Adán y a dos Evas para que lo cuidaran. En el suelo ya no habían bocas, ni cantos. Sólo quedaron los restos de una pureza mucho más profunda. Me quedé sin manos ni pies. "El drama humano" me dije, y me tumbé bocabajo. Entonces supe que había llegado. Por fin estaba en Arcanta. Se abrió una puerta sobre mí y sólo escuche un baile silencioso.

3 comentarios:

  1. otro de tus abstractos sueños por lo que leo...

    punto uno:
    me parecio muy dificil la onda de leerlo
    por aquello de que este todo pegado
    un acomodo mas sencillo a la lectura le haria bien.

    punto dos:
    siento que te he leido un par de metaforas ya en otras publicaciones, no se carnal derepente se me hace como un texto muy cuadrado, era lo que esperaba leer de ti
    y eso no me gusta nada, pero nada.

    punto tres:
    "El verlo ahí, feliz entre flores y aves, compartiendo sus frutos con los Adanes y las Evas que él mismo creó a partir de su rodilla derecha"

    hay partes realmente notables como la anterior, pero leo cosas que no me son necesarias, que creo que podrias averte evitado para captar un poco mejor lo que quieres decir blu.

    en general ortografia bien, el final como tenia que ser, puedo decirte que es un buen texto, pero es mi obligacion pedirte algo mas grande blu se que estas para grandes cosas... :D

    ResponderEliminar
  2. q'onda hermano, yea m' agrado tu texto, ya q' das unos enfokes muy lokos aka komo profetikos, y se le agarra la onda facil, pero no m' agrado muxo lo konkreto, osea sta fregon pero no m' dejo nada a la imaginacion... era komo una idea fija sin dinamika, a leerlo m' gusto, pero no pude hacerlo en una parte de mi y eso komo q' deja un hueco. pero igual el punto de vista q' markas sta de pensarse y muy fregona la situacion, yea ps q' stes nb hermano xao

    atte: Petit

    ResponderEliminar
  3. Fó fue demasiado claro.







    El texto tiene unos maticez hermosos, no se puede negar, pero siento que fue algo exagerado en algunas partes.

    Lo que es cierto totalmente, la distrubición del texto. Dividirlo en parrafos hubiese sigo excelente.








    Y qué más? En verdad Fó lo dijo todo.








    Y aunque no me llevo una idea de tu texto (como normalmente es en lo anteriores) me agradó.









    Sólo hay que trabajar en lo ya dicho anteriormente. Fue como un tropiezo leve.











    Cuidate hermano.









    Mosca

    ResponderEliminar